Las compañías siempre
están buscando nuevos sistemas para evitar la piratería, algo completamente
comprensible. Otras veces, cargan contra la venta de segunda mano, que suponen
reducciones de ingresos para ellas, pero sustanciosos ahorros para los
consumidores. La última solicitud de patente de Sony podría apuntar hacia ambos
objetivos.
Y,
aunque seguramente se consiga sortear a la hora de piratear un juego, sí que
impediría el uso de un videojuego de segunda mano. O incluso el préstamo de un
título a un amigo. La compañía presentó esta solicitud en Japón hace meses.
Consiste en insertar en los discos unas etiquetes de reconocimiento de
identidad mediante radiofrecuencia (RFID), que básicamente «enlazarían» un
videojuego con una consola -o cuenta de usuario-, para que luego este no
pudiera ser utilizado en otra.
La existencia de esta patente apunta a que podría incorporarse a
la próxima consola de la compañía, que todavía no ha sido anunciada. Su uso
también es incierto, porque, tal y como apuntan en Kotaku, aunque podría ser
utilizada para bloquear el uso de un juego en más de una consola, también se
podría utilizar para restringir de forma selectiva unas u otras funciones del
mismo.
El
Tribunal de Justicia de la Unión Europea emitió en julio pasado una sentencia
en la que
consideraba legítima la venta de segunda mano de juegos digitales.
El Tribunal falló a favor de la compañía UsedSoft que se debatía por este tema
con Oracle en los tribunales alemanes.
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