Un millar de heridos y un
susto descomunal. El causante: un asteroide de unos 17 metros de diámetro y
10.000 toneladas cuya entrada en la atmósfera sobre los Urales, en Rusia, no
pudo ser prevista por los sistemas de alerta de los que disponen organismos
como la NASA. Lo ocurrido en la ciudad de Chelyabinks ha sido, desde luego,
algo excepcional, pero la agencia espacial estadounidense, investigadores de
universidades y grupos privados lo consideran una lección. Todos ellos trabajan
en diferentes sistemas de alertas de asteroides para detectar detectar objetos
que lleguen del espacio del tamaño del ruso, pequeños pero peligrosos.
Eventos como el de la semana
pasada en Rusia, ocurridos en una zona poblada y con heridos, son raros.
«Esperamos que un evento de esta magnitud se produzca una vez cada 100 años
como promedio», apunta Paul Chodas, del Programa de Objetos Cercanos a la
Tierra (NEOs, por sus siglas en inglés) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro
(JPL) de la NASA en Pasadena, California.
La NASA estima que antes de
entrar en la atmósfera de la Tierra por encima de Rusia, el asteroide medía 17
metros diámetro y pesaba 10 toneladas, parámetros con los que está de acuerdo
la Agencia Espacial Europea (ESA). Los fragmentos del asteroide causaron una
explosión equivalente a 500.000 toneladas de TNT.
El mismo día, un asteroide
bastante más grande, de 45 metros de diámetro, el ya famoso 2012 DA14, pasó
zumbando inofensivamente cerca de la Tierra. De haber impactado, algo
absolutamente descartado de antemano, podría haber destruido una gran ciudad.
Si embargo, hace diez años la NASA no habría sido capaz de detectar esta roca,
según apuntaba recientemente Lindsey Johnson, del programa de NEOs de la NASA.
Difíciles de rastrear
Según Johnson, existen unos
500.000 objetos parecidos volando cerca de la Tierra, pero son difíciles de
rastrear debido a su pequeño tamaño. En línea con el objetivo fijado por el
Congreso en 1998, la NASA ya ha descubierto y catalogado alrededor del 95% de
los asteroides de un kilómetro o más de diámetro que se encuentran en la órbita
de la Tierra alrededor del Sol y que por su tamaño podrían causar una
megadestrucción.
Actualmente, el programa NEO
de la NASA detecta y rastrea los asteroides y cometas que se acercan a la
Tierra con telescopios terrestres y otros en órbita. Los científicos estiman
que su masa y órbita para deducir si representan algún peligro.
Con este sistema, el radio
telescopio de Arecibo en Puerto Rico, que cuenta con una antena de 305 metros
de diámetro, puede observar con gran sensibilidad un tercio del cielo nocturno
y detectar asteroides.
Todas las observaciones de
asteroides que se hagan en cualquier parte del mundo, incluso por parte de
aficionados, deben ser transmitidas al Centro de Planetas Menores, que está
financiado por la NASA y administrado por el Observatorio Astrofísico
Smithsoniano.
Una semana de antelación
Pero en tiempos de
presupuestos ajustados como estos, la NASA está tratando de desarrollar otros
sistemas específicamente capaces de rastrear pequeños objetos en el espacio,
como el proyecto de la Universidad de Hawaii llamado Atlas (Asteroid
Terrestrial-Impact Alert System). Los investigadores afirman Atlas, que
controlará todo el cielo visible cada noche, será capaz de detectar objetos de
45 metros de diámetro una semana antes de que lleguen a nuestro planeta.
El objetivo es encontrar los
objetos y dar aviso con antelación para que las autoridades puedan tomar medias
para proteger a la población, según John Tonry, el investigador principal en
Atlas. El sistema tiene una sensibilidad suficiente para detectar la llama de
una cerilla en la ciudad de Nueva York cuando se ve desde San Francisco, por
ejemplo.
«Eso da tiempo suficiente
para evacuar la zona y tomar medidas para proteger a los edificios y otras
infraestructuras y estar alerta ante el peligro de tsunami generado por los
impactos del océano», según la web de Atlas.
El «centinela» del espacio
Pero los esfuerzos de la
NASA son consideradas insuficientes por antiguos astronautas de la agencia y
científicos que pasado año lanzaron un proyecto para financiar, construir y
poner en marcha el primer telescopio espacial privado para rastrear asteroides
y proteger a la humanidad.
La fundación llamada B612
está tratando de recaudar 450 millones de dólares para construir y desplegar un
telescopio espacial que se llama Sentinel y colocarlo en órbita alrededor del
Sol, a una distancia de 273 millones de kilómetros de la Tierra para detectar
la mayoría de los objetos que, de otra manera, no son visibles. La cuestión es
que no vuelva a ocurrir lo de Rusia. Ni algo peor.
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