Once personas han sido
detenidas, diez de ellas en España, en una operación que le ha permitido
desarticular el aparato económico de una red que infectó con un virus millones
de ordenadores de una treintena de países, empleando como señuelo a la Policía,
y logró un millón de euros anuales de beneficios.
Bajo la dirección del
Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional, la Policía, en colaboración
con Europol, ha detenido en la Costa del Sol (Benalmádena y Torremolinos) a
seis ciudadanos rusos, dos ucranianos y dos georgianos, dirigidos por un hombre
de 27 años también de nacionalidad rusa, arrestado en diciembre en Dubai
(Emiratos Árabes).
El secretario de Estado de
Seguridad, Francisco Martínez; el director de Europol, Rob Wainwright, y el
inspector jefe de la Brigada de Investigaciones Tecnológicas (BIT) José
Rodríguez, han explicado en rueda de prensa el 'modus operandi' de la
organización.
Importante operación
En la operación, denominada
'Ransom' y considerada una de las mayores contra el cibercrimen, los
investigadores han constatado que la organización infectó millones de
ordenadores de todo el mundo y obtuvo unos beneficios que superarían el millón
de euros anuales.
La red aprovechaba
publicidad por internet para activar un sofisticado virus informático que
bloqueaba los ordenadores con la imagen de la Policía del país correspondiente
como señuelo y con un mensaje que les instaba a pagar cien euros como multa por
haber accedido supuestamente a páginas de pornografía infantil, descargas ilegales
o de actividades terroristas.
Para desbloquear su
ordenador, la víctima, que no había cometido ningún delito, pagaba esa cantidad
a través de tarjetas prepago que tienen un código asignado, por lo que se
preserva el anonimato de la transacción.
Más de un millón al año
Los responsables policiales
han resaltado la magnitud de la estafa y como muestra de ello han explicado que
solo en España denunciaron el timo 1.200 personas, a las que hay que sumar las
que pagaron y no lo pusieron en conocimiento de la Policía y los 780.000 que
consultaron al INTECO para desbloquear su ordenador.
Se calcula que con esta
práctica la organización pudo recaudar en España más de un millón de euros al
año, que los detenidos en la Costa del Sol se encargaban de blanquear por
medios electrónicos o por sistemas tradicionales ligados a portales de juego
'online', pasarelas de pago electrónico o monedas virtuales.
La célula financiera
radicada en España también lavaba el dinero electrónico con la utilización de
tarjetas de crédito americanas, enviadas desde Estados Unidos mediante correo
postal.
El dinero se extraía en
cajeros de España y llegaba a Rusia a través de giros postales o de locutorios,
aunque los agentes todavía no saben en qué se invertía en el país de destino,
si bien se está investigando.
30 países
Al menos una treintena de
países han sido objeto de las prácticas delictivas de la organización,
especialmente de Europa donde un 3% de los afectados llegó a pagar los cien
euros de 'multa'.
Fue en diciembre de 2011
cuando se detectó la presencia de este virus en cuatro países, pero la
investigación se ha visto dificultada por las numerosas mutaciones del virus,
hasta un total de 48 que el ideólogo de la trama llegó a crear.
La operación continúa
abierta y de los diez detenidos en España, seis ya han ingresado en prisión y
cuatro han quedado en libertad con cargos, lo que, en opinión de los
investigadores, no les exime de su participación en la trama, aunque no haya
sido tan activa.
Delitos cometidos
A los detenidos, arrestados
la pasada semana, se les imputa los delitos de blanqueo de capitales, estafa,
participación en organización criminal y falsificación de tarjetas.
El cabecilla de la red,
pendiente de extradición a España, estaba afincado en Rusia, pero fue detenido
en Dubai, donde se encontraba de vacaciones, porque la Policía consideró que
era el momento idóneo para su arresto sin interferir en el resto de la
operación.
La Policía ha practicado
seis registros en la provincia de Málaga y se ha incautado de numerosos equipos
informáticos y unas 200 tarjetas de crédito con las que habían extraído 26.000
euros en efectivo días antes de su detención y que pretendían enviar a Rusia.
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