El de las telecomunicaciones es un sector donde las compras
se hacen a lo grande. Un vistazo al listado de las operaciones corporativas más
importantes de la historia, encabezado por la adquisición, en 1999, de la
alemana Mannesmann por Vodafone a cambio de 172.000 millones de dólares así lo
confirma. Y esta misma semana, el listado ha vuelto a actualizarse con la
compra, por parte de Verizon Communications, del 45% de Verizon Wireless a
Vodafone por 130.000 millones de dólares (unos 98.000 millones de euros).
La multimillonaria compraventa es, junto con la histórica
adquisición de Nokia por Microsoft, el movimiento más reciente de una cascada
de operaciones que han sacudido el sector en los últimos meses, como la de
Sprint por SoftBank o los fuertes rumores de adquisición de Telefónica por
AT&T que revolvieron el mercado en junio. Todo indica que dichas
operaciones continuarán en los próximos meses, ya que las compañías necesitan
recursos para afrontar las fuertes inversiones que deben realizar de forma inminente,
como la instalación de la red de banda ancha móvil de cuarta generación y la
construcción de nuevas redes de fibra óptica.
En este sentido, un informe de la consultora estratégica
Booz&Company avanzaba a principios de este año la existencia de una tendencia
de consolidación del mercado para afrontar dichas inversiones. «Las
infraestructuras actuales están llegando a un punto de saturación, lo que
obliga a inminentes inversiones agresivas para posibilitar la gestión eficiente
del tráfico esperado», afirmaba José Arias, socio y vicepresidente de Booz
& Company en España, durante la presentación del informe en febrero.
Competencia feroz
Además, las operadoras también necesitan liquidez para
mantener el tipo ante la feroz competencia. «Llevamos un año en el que ha
habido bastante movimiento de fusiones y adquisiciones, sobre todo en Estados
Unidos», explica Borja Mijangos, analista del sector telecomunicaciones de
Interdin Bolsa. «Allí las compañías son muy grandes y tienen un exceso de caja
brutal. Sin embargo, debido a la competencia existente —cuatro grandes
operadoras se reparten el mercado norteamericano— tienen limitado el
crecimiento doméstico, por lo que quieren dar el salto a Europa. Las compañías
europeas esperan el movimiento y están tratando de consolidar sus posiciones
antes de que los americanos crucen el charco».
En este sentido, de los 98.000 millones que Vodafone ha
conseguido con la transacción, cerca de 9.000 irán probablemente a nuevas
adquisiciones, mientras que otros 20.000 irán destinados a sanear su balance,
lo que permitirá a la británica gozar de una envidiable cuenta de resultados y
la posibilidad de apalancarse si necesita más efectivo para salir de compras.
De forma similar, esta misma semana Telefónica defendía, a
través de su consejero delegado José María Álvarez Pallete, su compra de
E-Plus, filial alemana de KPN, porque hará de la española una compañía «más
sana y estable» desde el punto de vista financiero, con mejores posiciones de
deuda y sin necesidad de acometer nuevas desinversiones.
«Una mayor competencia será positiva para el cliente»
«Gracias a la forma en la que vamos a financiar la compra de
E-Plus, cuando se realice la transacción, Telefónica tendrá unos ratios de
endeudamiento mejores», afirmó Álvarez Pallete. El consejero delegado de
Telefónica también insistió en que esta operación creará una gran compañía en
Alemania, lo que será positivo para el cliente porque generará más competencia
en un mercado como el germano en el que los dos primeros operadores del mercado,
T-Mobile y Vodafone, tienen una presencia mucho mayor que la tercera compañía.
Jazztel y Ono, objetivos en España
La guerra, sin embargo, no se realizará directamente entre
grandes compañías, según Mijangos, «porque en casi todos los casos los Estados
y los Gobiernos europeos se reservan mecanismos para preservarlas de ataques
extranjeros», sino entre operadoras de influencia más limitada. En este
sentido, el experto considera que el punto de mira está en España y en Italia y
apunta a la italiana FastWeb, propiedad de Swisscom, y a la empresa de cable
Liberty Global.
Ono le abriría la puerta a 7 millones de hogares
En nuestro país, una Vodafone con la cartera repleta de
billetes podría interesarse por Ono o por Jazztel, ya que si bien tiene una
sólida posición en el mercado de telefonía móvil, su cuota de mercado es mucho
menor en el de telefonía fija y fibra óptica. Así, un informe del banco de
inversiones japonés Nomura sitúa a ambas compañías como potenciales «víctimas»
perfectas. La primera le abriría la puerta a 7 millones de hogares que utilizan
la fibra y a una infraestructura de red propia en nueve de las principales
ciudades españolas, mientras que la segunda tiene únicamente 33 millones de
euros de deuda, una capitalización en bolsa de 1.500 millones de euros y
«parece tener una red de fibra moderna y de un tamaño considerable», de acuerdo
con el informe.
«Jazztel podría ser un objetivo de compra de Vodafone para
competir en el mercado de fibra con Movistar. Vodafone prevé instalar fibra en
800.000 hogares para el primer trimestre del año que viene, mientras que
Jazztel ya lo tiene en 1,5 millones de hogares. La compra por parte de Vodafone
le permitiría entrar a competir mucho antes con Telefónica en el mercado de la
fibra óptica», asegura Mijangos.
«Ono también me cuadra, aunque lo veo algo más improbable por
la elevada deuda que tiene. Por otro lado, sí que es verdad que aportaría una
infraestructura de telefonía fija que ya existe (mientras que la de Jazztel se
está desplegando) y usuarios que ya son clientes y no solo potenciales
clientes», sentencia Mijangos.
Las cartas están sobre la mesa. El presidente y el consejero
delegado de Vodafone España, Antonio Coimbra y Francisco Román, han manifestado
esta misma semana sus quejas por tener que construir una nueva red de fibra en
España, un país en el que ya existen 4 o 5 redes, al no poder utilizar mediante
pago la de Telefónica, al tiempo que avisaban de que consideraban «verosímil
cualquier noticia que hable de compras en Europa de operadores americanos».
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