Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en cuestión de dispositivos móviles enfrentar varios modelos a la vez resulta indispensable a la hora de decantarse por un fabricante u otro. El móvil perfecto tal vez no exista, pero sí existe el que mejor se adapta al usuario, a su sus hábitos, a su estilo de vida, a sus gustos... La lucha entre los principales fabricantes se recrucede y la competencia es cada vez más salvaje.
Luego el éxito de un
terminal u otro depende de muchos factores, como su disponibilidad con la
operadora, su precio, sus características, la estrategia de marketing. Por esta
razón, los analistas observan detenidamente el ranking de ventas porque, entre
sus números, está la clave del éxito. Samsung, ahora líder de ventas, comenzó
verdaderamente su crecimiento en ventas en 2010 con el lanzamiento del Galaxy
S.
La firma surcoreana terminó
el año 2011 -año de la aparación del exitoso Galaxy S2- con 28 millones de
unidades vendidas y en unos meses, a principio de 2012, acabó con el reinado de
14 años por parte de Nokia, que ha visto sucumbir su trono con la
popularización de los «smartphones» de última generación de pantallas táctiles.
Y todo para acabar el pasado año con 63 millones de unidades vendidas de sus
«galaxias». Para este año, la compañía espera alcanzar la cifra de 100
millones, algo difícil, pero que puede tenerlo a tiro gracias a su Galaxy S4,
el móvil con sistema Android que más rápido se ha vendido (10 millones en su
primer mes).
Pero en esa costelación de
terminales, cada modelo es conocido por lo que representa. De tan solo 6,18
milímetros de grosor, el fabricante chino Huawei ha presentado esta semana el
Ascend P6, un dispositivo de 4,7 pulgadas y procesador de cuatro núcleos a 1,5
GHz, que ha sido bautizado como el móvil más delgado del mundo. En comparación,
el S4 tiene un grosor de 7,9 milímetros y el iPhone 5, unos 7,6 milímetros,
frente a los 9,3 del HTC One, el mejor terminal del año según la opinión de
muchos analistas.
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