El Congreso de EEUU trabaja de forma discreta en un
proceso de revisión de las normativas contra el 'ciberespionaje' (PDF) que
afectará a las compras de tecnología por parte de la Administración, lo que
refleja la creciente preocupación estadounidense por los ataques cibernéticos
chinos.
La ley impedirá a la NASA y a los Departamentos de
Justicia y de Comercio la compra de sistemas de tecnología de la información a
menos que cuenten con una aprobación federal.
La disposición pretende exigir que las agencias realicen
una evaluación formal sobre el riesgo de "ciberespionaje o de
sabotaje" al considerar la compra de sistemas informáticos.
La evaluación debe incluir "cualquier riesgo
asociado con dichos sistemas producidos, fabricados o ensamblados por algunda
entidad propiedad, digirida o subvencionada" por China.
Estados Unidos importa "productos de tecnología
avanzada" de China por valor de alrededor de 129.000 millones de dólares
(Más de 10.800 millones de euros), según un informe del Servicio de
Investigación del Congreso ('Congressional Research Service') de mayo 2012 .
Queja y consecuencias
Durante una conferencia de prensa, el portavoz del
Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hong Lei, instó a Estados Unidos a
abandonar la propuesta de reforma para ayudar a impulsar las relaciones y la
confianza de ambas partes.
"Este proyecto utiliza la seguridad de Internet como
excusa para adoptar medidas discriminatorias contra las empresas chinas. Esto
no es beneficioso para la confianza mutua entre China y los Estados Unidos ni
para el desarrollo de las relaciones comerciales y económicas", dijo Hong.
Hong Lei: 'Este proyecto utiliza la seguridad como excusa
para discriminar empresas chinas'
La enmienda a la llamada "resolución continua"
para financiar la administración estadounidense se originó el pasado 30 de
septiembre en el Subcomité de Comercio, Justicia y Ciencia de la Cámara de Representantes,
presidida por el representante republicano de Virginia Frank Wolf.
Esta enmienda suscitó muy poca atención hasta que Stewart
Baker, un socio en la oficina de Washington de Steptoe & Johnson LLP y ex
secretario adjunto del Departamento de Seguridad Nacional, escribió un post
sobre el asunto en Volokh Conspiracy, uno de los blogs jurídicos más
influyectes en Washington.
Baker afirmó que la medida "podría llegar a ser un
duro golpe" para el fabricante chino de ordenadores Lenovo y podría también
"traer algunas sorpresas para las empresas estadounidenses que venden al
gobierno tecnología comercial".
Lenovo, que compró la unidad de fabricación de
ordenadores personales a IBM en 2005 y va camino de convertirse en el mayor
fabricante mundial de PC, afirmó ser consciente de la propuesta y que la estaba
revisando cuidadosamente.
"Dependiendo de cómo se interpreta el lenguaje
podría, de hecho, aplicarse de manera muy amplia a muchas empresas de
tecnología de todo el mundo", afirmó Lenovo en un comunicado.
"Tenemos confianza en que vamos a seguir aumentando de forma exitosa
nuestro negocio en EEUU incluso si nosotos y todos nuestros competidores
tengamos que afrontar nuevas regulaciones".
Creciente preocupación
La preocupación de EEUU sobre los 'ciberataques' chinos
se ha incrementado en los últimos meses entre los altos funcionarios de la
Administración, entre ellos el presidente Barack Obama, quien ha condenado este
tipo de prácticas.
De hecho, el propio Obama planteó el asunto en una
conversación telefónica con el presidente chino, Xi Jinping, a principios de
este mes. Además, en una entrevista en ABC News afirmó que algunas amenazas a
la seguridad cibernética están sin lugar a dudas patrocinadas por Estados.
"Hemos dejado muy claro a China y otros actores nacionales que esperamos
que sigan y cumplan con las normas internacionales", dijo.
Obama: 'Hemos dejado muy claro a China y otros actores
que esperamos que cumplan con las normas'
Por su parte, Xi afirmó que Estados Unidos y China deben
evitar hacer "acusaciones infundadas" sobre seguridad cibernética los
unos sobre los otros, y deberían trabajar juntos para solucionar el problema.
Este cambio de estrategia por parte de EEUU se produjo a
raíz de una denuncia de la compañía de seguridad informática Mandiant, que
recientemente afirmó que una unidad secreta del Ejéctito chino con sede en
Shanghay era el origen más probable detrás de una serie de ataques informáticos
dirigidos contra intereses estadounidenses.
Asimismo, el año pasado, el Comité de Inteligencia de la
Casa Blanca publicó un informe en el que se instaba a las empresas
estadounidenses de telecomunicaciones no hacer negocios con Huawei Technologies
y ZTE porque, aseguraba, la influencia potencial de China en las empresas
plantea una amenaza a la seguridad del país.
Ambas compañías se opusieron a este informe, del que el
portavoz de Huawei William Plummer aseguró que carecía de
"fundamento". El mismo Plummer afirmó en un correo electrónico que la
recomendación "no se aplica a Huawei, basándose en la descripción de las
entidades cubiertas".
El papel de la OMC
Así las cosas, China podría impugnar la nueva medida como
una violación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero
lo tendrá complicado ya que no es miembro firmante del Acuerdo de la OMC para
el establecimiento de normas internacionales sobre contratación pública. Este
acuerdo contiene también una exención relacionada con la seguridad nacional, que
podría ser otra línea de defensa de EEUU contra una posible impugnación china.
Es posible que otros países pudieran presentar
objeciones, debido a la posibilidad, por ejemplo, de que la disposición impida
la compra de ordenadores de Lenovo fabricadas en Alemania o de teléfonos Nokia
diseñados en el Reino Unido y fabricados en China.
"El objetivo no es hacer daño a las empresas
estadounidenses y europeas que tienen operaciones en China", dijo un
asesor del Congreso que ha trabajado en la redacción del proyecto en la Cámara.
"Esrá realmente enfocado a entidades que están dirigidas por Pekín",
dijo el asesor, que pidió no ser identificado.
Las compras del Gobierno federal de EEUU, financiadas con
dinero de los contribuyentes, a menudo dan preferencia a proveedores que
ofrecen los mejores servicios y precios.
El citado asesor del Congreso recordó que China podría
estar subsidiando de forma importante a algunas empresas que se presentan en el
mercado de EEUU con un precio mucho más bajo.
"Se trata al final de una manera de recordar que hay
que fijarse en la cadena de suministro" de las empresas estadounidenses,
dijo el asesor. "La opción más barata puede estar artificialmente
reduucida porque podría haber segundas intenciones"
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